La vida de Benedicto XVI, el papa emérito

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La vida de Benedicto XVI, el papa emérito

Hillary Guzmán3 de enero de 2023

Benedicto XVI revolucionó la tradición de la iglesia con su renuncia al ministerio papal, la primera renuncia al cargo desde la Edad Media

Joseph Aloisius Ratzinger, Papa Benedicto XVI, nació en Alemania el 16 de abril de 1927. Específicamente un Sábado Santo, ese mismo día fue bautizado. Venía de una familia modesta, su madre era hija de artesanos y su padre fue un comisario de la gendarmería.

Su infancia transcurrió en Traunstein, una localidad alemana en donde recibió su formación cristiana, justo en el tiempo en que el régimen nazi mantenía un fuerte enfrentamiento contra la Iglesia católica. Los propios relatos del Papa contaban que vio como los nazis golpeaban al párroco antes de la celebración de la Santa Misa.

Desde 1946 a 1951, el Papa estudió filosofía y teología en la Escuela superior de filosofía y teología de Freising y en la universidad de Munich. El 29 de junio de 1951 recibió la ordenación sacerdotal y en 1952 se volvió profesor de la Escuela superior de Freising.

En el año 1953 obtuvo un doctorado en Teología y en 1959 ingresó como profesor en la Universidad de Bonn. Su conferencia inaugural fue acerca de «el Dios de la fe y el Dios de la filosofía» y sus enseñanzas eran criticadas por otros profesores ya que las consideraban “modernistas”.

Luego de un largo paso por Muñiste, de 1963 a 1966; y por Tubinga, de 1966 a 1969, se convirtió en vicerrector de la Universidad de Ratisbona. Su intensa actividad académica lo llevó a desempeñar importantes cargos al servicio de la Conferencia Episcopal Alemana y de la Comisión Teológica Internacional.

El 25 de marzo de 1977, el Papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Munich y Freising. El 28 de mayo recibió la Ordenación episcopal. Escogió como lema episcopal: “Colaborador de la verdad”.

Sobre esto, una vez declaró: “Por un lado, me parecía que expresaba la relación entre mi tarea previa como profesor y mi nueva misión. Aunque de diferentes modos, lo que estaba y seguía estando en juego era seguir la verdad, estar a su servicio. Y, por otro, escogí este lema porque en el mundo de hoy el tema de la verdad es acallado casi totalmente; pues se presenta como algo demasiado grande para el hombre y, sin embargo, si falta la verdad todo se desmorona”.

El 25 de noviembre de 1981 Juan Pablo II lo nombró Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y Presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional. Para 1999 fue Enviado Especial del Papa a las celebraciones con ocasión del XII centenario de la creación de la diócesis de Paderborn, Alemania.

Elección al papado

Al inicio del año 2005 ya algunas fuentes cercanas al Vaticano, y los medios de comunicación, aseguraban que Ratzinger era el favorito para suceder a Juan Pablo II en el caso de que falleciera.

Efectivamente, el 19 de abril de 2005, el cardenal Ratzinger fue elegido como sucesor de Juan Pablo II, en el segundo día del cónclave, después de cuatro rondas de votaciones.

Casualmente la elección coincidió con la fiesta de San León IX, el más importante papa alemán de la Edad Media que es considerado santo.

Sus primeras palabras en el balcón central de la Basílica Vaticana fueron: “Queridos hermanos y hermanas: después del gran papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones. En la alegría del Señor resucitado, confiando en su ayuda continua, sigamos adelante. El Señor nos ayudará y María, su santísima Madre, estará a nuestro lado. ¡Gracias!”.

En ese entonces, el cardenal Ratzinger eligió el nombre pontificio de Benedicto XVI.

El 11 de febrero de 2013 el papa Benedicto anunció su renuncia al cargo, argumentando «falta de fuerzas» para continuar en el papado.

“He llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad, no se adecuan por más tiempo al ejercicio del ministerio petrino. Con total libertad declaro que renuncio al ministerio de obispo de Roma y sucesor de Pedro”, dijo. La renuncia del papa Benedicto se considera excepcional, dado que fue la primera desde la Edad Media.

“Gracias, gracias de corazón. Gracias por vuestra amistad y vuestro afecto (…). No soy más el Sumo Pontífice de la Iglesia. A partir de las 20:00 horas, seré simplemente un peregrino que continúa su peregrinaje sobre la Tierra y afronta la etapa final. (…) Gracias y buenas noches”, decía mientras abandonaba la Ciudad del Vaticano en helicóptero.

Desde su renuncia ostenta el título de papa emérito, que es un título que se le designa al sumo pontífice que renuncia, voluntariamente, al ministerio papal.

En los últimos años después de su renuncia sufrió de erisipela en la cara, una enfermedad infecciosa que se caracteriza por hinchazón y manchas rojizas, que causan dolor, ardor y picazón. Además, también padecía problemas respiratorios que afectaron sus cuerdas vocales hasta hacerle perder la voz.

Falleció el 31 de diciembre de 2022 a las 9:34 horas en la residencia del Monasterio Mater Ecclesiae de la Ciudad del Vaticano. Sus últimas palabras fueron «¡Señor, te amo!». El funeral se llevará a cabo el 5 de enero de 2022, y será presidido por el Papa Francisco.

 

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