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¿DE QUIÉN ES?
La bella ciudad de Machu Picchu en Perú guarda en sí misma varios enigmas tales como cuál fue el verdadero propósito por el cual se construyó, quién vivió allí y hasta quién es su dueño en la actualidad. ¿Y puede tener dueño? Pues sí. O al menos es lo que asegura Roxana Abrill, quien dice ser la propietaria de la ciudadela y de las propiedades que están alrededor. Alega que es de su familia porque un terrateniente llamado Mario Ignacio Ferro compró los terrenos entre 1904 y 1910 y ayudó al explorador Hiram Bingham a encontrar los restos de la urbe.
El terrateniente dejó su propiedad en herencia a su hija Tomasa, quien se casó con el abogado José Emilio Abrill y por ende, a su nieta Roxana. Sin embargo, en los años 40 Abrill vendió el 80% del terreno a Julio Zavaleta y se quedó con las parcelas donde está ubicada Machu Picchu esperando un pacto para la expropiación, pero el mismo no llegó. Así que mientras las batallas legales se dan entre estas familias y el estado peruano, la mirada al pasado que ofrece la mítica ciudad ha disparado su fama, ya que recibe entre 3.000 y 6.000 visitantes diarios.
Con información de MSN/BBC Mundo