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34 años del caracazo: hechos que se vivieron en 1989
Las protestas también se vieron motivadas por los escándalos de corrupción que involucraron a las más altas esferas del poder y por una política gubernamental que no dudaba en reprimir las manifestaciones sociales.
Hace 34 años en Venezuela se vivió una revuelta histórica, específicamente el 27 de febrero de 1989. El conflicto inició fuera de Caracas, específicamente en Guarenas, pero esta fue la génesis de una oleada de protestas que se extendieron por todo el territorio nacional y dejaron un saldo de 276 muertos, numerosos lesionados, varios desaparecidos y cuantiosas pérdidas materiales. Sin embargo, se estima que el número de víctimas mortales es aún mayor, ya que, posteriormente, aparecieron fosas comunes, con más de 68 cuerpos sin identificar. Incluso, algunos datos han apuntado a la cifra de 2.000 y 3.000 personas asesinadas.
Este hecho marcó la historia civil y política del país y pasó a la historia con el nombre del Caracazo.
El gobierno de Carlos Andrés Pérez hizo el anuncio de algunas medidas económicas, que contemplaban un incremento de la gasolina y del costo del transporte urbano. Muchos historiadores señalan dichas medidas como el inicio del descontento en la población de las protestas que se extendieron hasta el 8 de marzo de ese año. Todo esto sucede en un contexto de estabilidad social Venezuela era considerado uno de los países más estables de Hispanoamérica.
Sin embargo, todo cambió cuando comenzó a abrirse paso la crisis por el endeudamiento en el que incurrió el país después del «boom» petrolero en los 70, tras depender netamente de los precios del petróleo. Con la caída de dichos precios, la economía comenzó a ralentizarse causando descontento en la población, que ya venía de los gobiernos de Luis Herrera Campíns y Jaime Lusinchi una gestión inadecuada.
El Gran Viraje
En 1988 resultó electo Carlos Andrés Pérez en los comicios del 4 de diciembre. Entre sus prioridades estaba el tema económico, que venía en declive desde hace alguno años. Por esta razón propuso una serie de medidas económicas liberalizadoras. A esto se le llamó «Paquete Económico», también conocido históricamente como El Gran Viraje. Las medidas comprendían decisiones sobre política cambiaria, deuda externa, comercio exterior, sistema financiero, política fiscal, servicios públicos y política social.
A solo pocas semanas de asumir el gobierno, el entonces presidente Pérez, decide poner en práctica de manera inmediata el paquete de ajustes y de medidas económicas, financieras y fiscales.
El 26 de febrero el Ministerio de Energía y Minas anuncia el alza en 30% de los precios de la gasolina y el incremento de las tarifas del transporte público urbano e interurbano también en un 30% a partir del 27 de febrero, válido para los 3 meses siguientes, después de los cuales podrían aumentarse hasta el 100%.
Los disturbios se iniciaron en Guarenas, inicialmente en forma de protestas, la mañana del 27 de febrero de 1989 cuando comenzó a haber problemas de transporte hacia la capital, Caracas. En un principio parecía una protesta de los usuarios por la subida del precio del transporte y de los transportistas porque esa subida les parecía escasa. Con una rapidez sorprendente, lo que comenzó como una protesta focalizada en una pequeña ciudad, en cuestión de horas se transformó en una ola de vandalismo, violencia y saqueo a nivel nacional.
Un milagro que no sucedió
Carlos Andrés Pérez ya había dirigido el país durante su época dorada, específicamente en el período de 1974 a 1979. Por esta razón, los venezolanos veían en su reelección un milagro para la economía que venía desmejorando día a día. «La gente pensaba que él podía mágicamente volver a los años 70», dijo a la BBC el historiador de la Universidad Católica Andrés Bello Tomás Straka.
Sin embargo, sus medidas ya acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), buscaban hacer de Venezuela una economía de libre mercado en la que se diera un importante recorte de gastos y el aumento de las tarifas de los servicios públicos.
Las protestas también se vieron motivadas por los escándalos de corrupción que involucraron a las más altas esferas del poder y por una política gubernamental que no dudaba en reprimir las manifestaciones sociales. Al final, ante ese caos, el ejército acabó tomando el control de la situación ante la incapacidad de la policía de restablecer el orden. Esto terminó sellando aquel derramamiento de sangre.
Algunos historiadores apuntan a que este hecho fue el precedente que, algunos años después, ayudó a construir el discurso de Hugo Chávez para llegar al poder. Y aunque muchas veces, desde el chavismo que aún dirige el país, se ha condenado el caracazo asegurando que ese tipo de masacres ya no suceden en el país, la verdad es que la historia ha hallado varios paralelismos entre esos acontecimientos y la forma en la que el gobierno manejó las protestas en los años 2014 y 2017.