
venezuela
Puntos suspensivos (…)
A manera de editorial
El 2018 fue el año de las despedidas. Desde las más crueles, aquellos que se nos fueron por la fata de medicinas e insumos en los hospitales, o los que el hampa les arrebató la vida, o quienes como Oscar Pérez o Fernando Albán sintieron la mano de la represión, pero los más, los que siguen contando porque es un «gerundio» incesante: los miles, millones, que atravesaron las fronteras para buscar la comida, las medicinas, la salud o el futuro que aquí no encuentran.
Ya pocos apuestan a esas proclamas grandielocuentes que se han dicho tanto y de manera tan vana como que este sí, éste será el año de la Libertad. Sin embargo, como cosa muy rara, esta noche vieja se celebró con menos lujo e insumos que en el pasado, pero buena parte de las familias exorcizó lo malo del 2018 con mucha música, alegría y hasta fuegos artificiales que (por lo menos en Caracas) sonaron más que el año pasado.
Como sociedad el 2019 nos encuentra con el reto de la «reorganización». El populismo ha hecho estragos con el hambre del pueblo, pero también comienza a devolverse como un boomerang porque si das y das y acostumbras y luego quitas y no dices, y te burlas, pues la gente reacciona. Eso lo vimos en todo el país y hasta le tocó las puertas del propio palacio de Miraflores los últimos días de diciembre con la «revuelta del pernil». Allí mismito, a la vuelta de la esquina de la casa de gobierno.
Por ahora, se protesta aquí, allá, un poco más allá y en todo el territorio pero de manera aislada y por razones que tienen que ver con el día a día de todos. Sin embargo, el liderazgo continúa desconectado con esta realidad.
Por otra parte, hay un día: 10 de enero. Toma o re-toma de posesión de Maduro. Muchos nuevamente asumen esa fecha de manera apocalíptica del antes y después. Craso error. El tema no es ese día, sino lo que sucederá como consecuencia de tener un gobierno que buena parte del mundo considerará como ilegítimo. Pero ¿y aquí?…
Aquí la hiperinflación se come cualquier consideración constitucional… Ese es el tema… El hambre no oye razones. O te tiras al piso a recoger las migajas o…
Puntos suspensivos… (hoy más que nunca)