
editorial
12 uvas para año nuevo: ¿de dónde viene esa tradición?
Aprendida por la migración, sobre todo, en Latinoamérica y en Venezuela se acostumbra a comer 12 uvas a medianoche y pedir un deseo por cada una, con la idea de que conlleve a buena fortuna en el año venidero
La tradición de comer 12 uvas durante el repique de año nuevo ha tomado fuerza en Venezuela y otros países de América Latina, a pesar de que la época decembrina no suele ser la más próspera para la cosecha de esta fruta.
La costumbre llegó a los hogares venezolanos desde España, país donde se originó y que suele tener prósperas producciones de uvas durante el mes de diciembre.
Con ciertas variaciones dependiendo del país, la finalidad de las 12 uvas es que sirvan como símbolo para pedir un deseo por cada mes del año que está por llegar. El reto radica en hacerlo mientras suenan las campanadas que marcan la medianoche del primero de enero.
Si bien la tradición dicta que debe hacerse con uvas, algunos en Venezuela también llevan a cabo el ritual con mandarinas.
Su origen en finales del siglo XIX
Si bien es un hecho que la tradición parte desde España, aún existen discrepancias sobre la fecha en que inició, aunque la versión más aceptada es que se dio en la década de 1880.
Para ese entonces, las personas de la clase alta de España comenzaron a celebrar el año nuevo comiendo uvas y tomando vino, como una forma de imitación a lo que hacía la burguesía francesa. A su vez, los menos favorecidos económicamente comenzaron a hacer lo mismo en Madrid.
“Poco tiempo después, esta costumbre fue adoptada por ciertos madrileños que iban a la Puerta del Sol para oír las campanas de la medianoche y, muy probablemente con ironía o como burla, comer uvas al igual que la clase alta», afirmó el autor del libro España, Jeff Koehler, en un artículo.
Pero es en enero de 1894 donde nace el sustento del origen de esta tradición, que se reseñó en uno de los diarios de aquellos años, El Correo Militar: “La imperecedera costumbre de comer las uvas al oír sonar la primera campanada de las doce tenía reunidas en fraternal coloquio a infinidad de familias, y todos a coro gritaron: ¡un año más!”.
Un segundo origen
La segunda versión del origen de la costumbre se remonta a la primera década del siglo XX, cuando ante la creciente producción de uvas los españoles comenzaron a ofrecerla como “uvas de la suerte”. Las vendían en paquetes ya preparados con doce de esas frutas, una para cada mes del año.
Una fruta cargada de buena fortuna
Las uvas siempre han sido consideradas símbolos de fortuna y abundancia, y con esta tradición se duplicaron esas cualidades energéticas que ofrecen.
También se suele asociar a buena suerte, espiritualidad y belleza, por lo que se ha ganado la credibilidad de quienes en cada víspera de año nuevo comen 12 uvas para tener unos 365 días exitosos.
Fuente: BBC, National Geographic.